ADN COLOCOLINO | Huérfanos.

Roberto Quintana Ramírez

Por Desiree Cruz

2015-05-03-23-45-06
Se ha acabado el Clausura, el que ilógicamente se realiza en la apertura del semestre, bueno, cosas que sólo pasan en Chile.
Y quedo con una sensación de vacío, siento como si fuera una niña a la que su padre le acaba de contar que se va de viaje por un tiempo, que no desespere- Le dice- que va a volver; pero no de inmediato.
Que en ese “mientras tanto” vuelve, puede entretenerse con otras cosas- le dice- o recordarlo mirando la foto que tiene sobre el velador. Pero esa foto no es él, es parecido, pero no es lo mismo.
A mí me pasa eso, si bien sé que Colocolo volverá y que mientras vuelve hay una Copa América para ver, mis esperanzas son vanas. A mí no me gusta la Roja, no, para mí “La Roja” no es de todos, porque a mí poco me interesa.
Sé que muchos a veces me odian por pensar esto, pero es así, y siempre ha sido, mi nacionalidad es colocolina y no chilena.
Apoyo a la Selección, obviamente, de pronto veo sus partidos, pero con Colocolo es otra cosa, con Colocolo vivo los partidos, los siento, los lloro, los grito, los canto, los quiero.
Y no es que ande por la vida criticando a quien ama a la Selección por sobre su equipo, no, cada cual siente el fútbol como quiere, pero para mí no hay sentido de ver fútbol chileno si los jugadores no llevan la alba con el cacique en el pecho.
Y acá estoy; pensando en qué hacer en este receso, en si voy a aguantar las semanas que se vienen con el humo de la prensa deportiva, esa que ya da casi por descartado a Tapia y que tiene “vistos” por lo menos a 2 o 3 técnicos en la banca de Colo-Colo; y también aguantando al “hincha” que festina con ello, ese que se olvidó de esos años oscuros en donde un desfile de técnicos inservibles pasaron por Colo-Colo y que fue Tapia el que volvió a Colocolo al sitial que le corresponde; ganar y pelear campeonatos. Es Tito el que tiene que seguir comandando al cacique, porque de los errores aprendió y con los triunfos se hizo más fuerte.
Y el receso me hace pensar nuevamente, en los que se van, en los que se quedan, en los que llegarán… Que se quede Esteban, por siempre y para siempre, que no se vaya nunca; que se quede Pipe, porque por su esfuerzo, tesón y garra se lo merece, que, sin desmerecer a Paulo, por favor se recupere Justo porque se extraña y se necesita; que se recupere también Chupete el que tanto nos hizo falta; que se quede Julio, porque sólo con pensar en su ausencia, me da miedo, en serio… Miedo.
Que se hagan más fuertes los jóvenes, que siga Baeza, Rodríguez, y que Carvallo siga creciendo, porque en dos partidos, ha hecho mucho más que otros en todo el semestre.
Que emigren los que sobran, los que ya cumplieron un ciclo, los que tuvieron oportunidades y no supieron aprovecharlas; que esos se vayan, porque necesitamos sangre nueva.
Que llegue el 10 que merecemos y que ojalá el equipo se potencie con juventud y con talento.
Estoy segura que no soy la única colocolina que desde que sonó el pitazo final en la Ruca el sábado, está pensando en esto. Estoy segura que no soy la única que teme de lo que hará Mosa en este receso; estoy segura que no soy la única que teme porque no quiere ver a Colo-Colo nuevamente desecho; Estoy segura que no soy la única que recuerda y agradece la labor de Tapia… Estoy segura de que no soy la única que siente que su padre se ha ido y que sólo espera su vuelta para dejar de sentirse huérfana.

Vuelve pronto Colo-Colo, que ya te echamos de menos.