Por Diego González.
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Tener identidad es un derecho humano tan básico que a veces se nos olvida que tener un nombre es parte de tu dignidad como persona. Uno lo da por hecho. No se imagina a un ser humano sin nombre.
Así como la identidad de un ser humano no es sólo su nombre, sino que también su personalidad, su forma de ser, un equipo de fútbol no se identifica sólo por un nombre, sino que por su insignia, su hinchada, estadio y, por sobre todo, por su forma de jugar.
En Europa (Continente en donde parece que todo funciona mejor que acá), no importa el entrenador que llegue a un equipo, la identidad del club se mantiene. No importa que llegue un Van Gaal, un Mourinho o un Guardiola. El Club no cambia su identidad. No importa que llegue un nuevo dirigente, el club sigue siendo el mismo.
Lamentablemente en Chile las Sociedades Anónimas Deportivas no tienen pito idea de identidad. Y no los podemos culpar, si al final toda nuestra sociedad funciona igual. «El de plata es el que manda», «El que tiene más plata es el que influye». Entonces si llega un empresario con plata y dice que Colo-Colo debe ser parte de la influencia BielsistaLeninista, así será. Si llega otro con más plata que el anterior y dice que lo que importa es el NelsonBonifacismo entonces así será. Lo que manda es la plata y no solo en Colo-Colo, sino que en todas las Sociedades Anónimas deportivas.
Desde que llegó ByN ha habido una danza incesante de argentinos que «Van pa`elante» y que llegan con el verso de «Ser protagonistas», «dominar al rival» y otras tantas que provocan amor instantáneo en el hincha que piensan que Bielsa inventó el fútbol y que por jugar bien un par de partidos de Play Station saben más de dirección técnica que Pep o José.
Me daría mucha tranquilidad saber que no importara qué técnico llegar a Colo-Colo siempre que mantuviera su identidad. Pero ¿Cuál es la identidad de Colo-Colo?
Tengo mis serias dudas de que «Colo-Colo siempre vaya pa’elante», porque eso nunca ha sido así.
Lo que más define a la identidad de Colo-Colo es ser protagonista del encuentro. Dominar el balón y verticalizar en cuánto se pueda. Pero ir «Pa’elante» así como a lo Bielsa, descuidando la propia puerta, jamás. Si el «Ser protagonista» termina necesitando dar 3 pases hacia atrás y llegar hasta el arquero para no perder la pelota y generar espacios para poder verticalizar, así se ha hecho. Eso de pifiar porque hay un pase hacia atrás como que nació con Bielsa.
Borghi era diametralmente distinto a Bielsa. Porque a Borghi le daba lo mismo si un jugador salía de su posición en favor del juego, en cambio para Bielsa eso es un insulto, no solo a él como Entrenador, sino que al fútbol como actividad.
En fin, no lo quiero latear. Solo quiero que nos preocupemos de determinar nuevamente nuestra identidad futbolística y que ella no cambie con cada técnico nuevo que llegue a ponerse el buzo de Colo-Colo. Ojalá volvamos a existir como persona futbolística.
