Como nunca todo se hizo tan mal

Sampaoli hizo un trato hace solo unos meses con un hombre que estaba enfermo, con miedo a irse preso y dispuesto a todo para seguir tapando el sol con el dedo.

Por Patricio Vásquez

Jorge Sampaoli es posiblemente el entrenador más exitoso de la historia del fútbol chileno. Si se sacan cuentas reales y verdaderas el argentino ganó dos de los tres títulos que ostentan nuestras pobres vitrinas: la Copa Sudamericana con la U y la Copa América con Chile (la restante es la Copa Libertadores de Jozic).

Así las cosas duele ver como un proceso tan laureado y exitoso como el vivido en la selección chilena llega a su punto final de esta forma. Un entrenador que actúa de forma delictiva evadiendo impuestos tratando de mantener los tratos hechos con su ex jefe, un hombre que está colaborando con el FBI para colaborar con su investigación en la FIFA (una rata soplona dirán los más puristas).

Como un hijo que le pide dinero a sus padres cuando estos están durmiendo, Sampaoli hizo un trato hace solo unos meses con un hombre que estaba enfermo, con miedo a irse y dispuesto a todo para seguir tapando el sol con el dedo. Demás está decir que esos tratos no valen y es triste ver que nuestro entrenador se aferra al acuerdo de palabra con un hombre así.

Eso sí, acá un discurso, una tan repetida idea se fue directo al tacho de la basura. Así como a la presidenta Bachelet que hablaba de emparejar la cancha diciendo que todos los chilenos eramos iguales y teníamos las mismas oportunidades mientras su hijo se reunía con Andrónico Luksic para obtener un jugoso préstamo, el argentino que hablaba del amateurismo y del amor a la camiseta no tuvo miedo en no solo ganar un sueldo altísimo (que ojo, no es el problema, es el precio mercado que se paga), sino también en jugar los mismos juegos que su por entonces jefe jugaba en la FIFA y en la Conmebol, el de la corrupción y el manejo «a discreción».

Ahora bien, la gota que rebalsó el vaso en toda esta historia es el nulo arrepentimiento del actuar de Sampaoli  al decir que es válido llevarse el dinero ganado a otro lugar con tal de no pagar lo que nos corresponde a los que trabajamos y vivimos en este país. Ya con eso no hay mucho que hacer, solo dar las gracias por la copa ganada y esperar que esto nunca más se vuelva a repetir.

Para cerrar es inaceptable esta especie de cobardia de hablar solamente lejos de Chile, a muchos kilómetros en Suiza, para dar a conocer que no quiere seguir en la selección y además dejar de vivir en el país, evadiendo (no son los impuestos esta vez) la replica de los que si saben su actuar poco profesional y leal. Otra idea que se va a la basura. Bielsa no creo que apruebe esto Don Sampa.

Como dato curioso no deja de ser anecdótico que lejos el hecho más importante en la historia del fútbol chileno haya sido liderado por un dirigente que se tuvo que entregar a la justicia para no irse a la cárcel y en que el entrenador con tal de no perder dinero de su sueldo quiso evadir impuesto cayendo en lo ilegal. Bueno, es imposible no decir que como nunca todo se hizo tan mal.

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