EL FUEGO DEL CAMPEÓN | El Primer Amor

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Existen una serie de clichés que rodean al 14 de febrero. El chocolate, las florcitas, los globos metálicos… Cada uno puede adscribir al lugar común que implica esta fecha o no. Yo no lo hago… bueno, por lo menos no a este cliché.

Sí tengo que decir que el día de hoy, donde estuve en el estadio para Colo-Colo vs Antofagasta, pude sentir y recordar por qué mi primer amor es y siempre será el Cacique.

Llegar al estadio me provoca una felicidad que se compara con pocas cosas en mi vida. Son una serie de sensaciones que solo los que aman a este club podrán entender.

Mirar como de a poco se llenan los asientos y sentir un escalofrío cuando suena el himno por los altoparlantes.

Poder ver al equipo entrar a la cancha y ver que mis manos se juntan solas para aplaudir a rabiar.

Enojarme cuando un pase no sale o cuando alguien no llega a una pelota.

Lanzarle besos sin pensar al arquero que tanto ha hecho por nuestro club cada vez que toma una pelota con esa seguridad que solo él le ha dado al arco albo.

Ponerme de pie cuando el balón entra en tres cuartos de cancha y aguantar la respiración porque el gol está cerca.

Levantarme tan rápido y gritar tan fuerte el gol que me quedo sin oxígeno y tengo que tomarme tres segundos para respirar de nuevo y así no desmayarme (literalmente) de la emoción.

Sentir como se tensan los músculos de todo el mundo cuando nos descuentan, sin dejar de perder la fe.

No despegar los ojos de la cancha, tratando de transmitirle a todos los jugadores el deseo de ganar siempre. Hacer que sientan el apoyo desde lejos.

Ser feliz cuando termina el partido y Colo-Colo gana. Profunda y genuinamente feliz, donde poco importan otras cosas.

Hoy Colo-Colo mejoró un poco su juego. Tonso, Zaldivia y un segundo tiempo de Pavez socorrieron al equipo en los momentos en los que más lo necesitaba. Marcó el Capitán (en un gol no exento de polémicas) y marcó Esteban Efraín. Lo echábamos de menos.

Los goles siempre ayudan, sobre todo cuando nos toca salir a jugar Libertadores. Aún lo táctico no convence, pero las variables vistas hoy bien podrían darnos algo de esperanza. Colo-Colo sabe que tiene que ganar, y debe seguir avanzando en esa convicción, poniendo todo lo que tiene. Se viene una semana muy dura.

Colo-Colo: te amo con el alma. No recuerdo un momento de mi vida sin quererte. Han pasado tantos jugadores, tantos momentos, tantas penas y tantas copas… Todas vividas con todo mi corazón. Si hay un cliché máximo hoy para mí es tener tu escudo grabado en mi corazón y compartir mi vida contigo. No me des ni chocolates, ni florcitas, ni globos metálicos.

Dame goles.

¡Feliz dia, primer amor!