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Corrían 10 minutos del segundo tiempo del partido Universidad Católica / Colo-Colo cuando el árbitro Patricio Polic saca la cartulina roja y se la muestra al jugador albo Esteban Pavez, por haberle lanzado un escupitajo al rival. Esa tarde, el 8 del Cacique abandonó el terreno de juego bajo aplausos de la hinchada que visitaba San Carlos.
Según dice el reglamento de la FIFA, existe un listado de infracciones sancionables con la expulsión de algún jugador, entre las cuales se encuentran: ser culpable de juego brusco grave, ser culpable de conducta violenta, escupir a un adversario o cualquier otra persona, entre otras.
En el último tiempo, Colo-Colo se ha visto afectado por reiteradas expulsiones de las cuales algunas –a criterio de varios- han sido acertadas y otras no tanto. Cuatro cartulinas rojas en siete partidos es una cifra verdaderamente alarmante, considerando el castigo que reciben los jugadores por la falta que cometieron.
Sin embargo, hay algo que va más allá de los castigos y los números. En el último partido disputado en el Monumental frente a Unión Española –válido por Semifinales de Copa Chile- el amonestado que partió directo a camarines fue Claudio Baeza. Cabizbajo y con un rostro notoriamente ofuscado abandonó el terreno de juego mientras las casi 14 mil almas que llegaron esa noche al Monumental lo despedían con aplausos y vítores.
¿Por qué el hincha aplaude estas situaciones y no repudia la conducta violenta?
Para Braulio Leal, futbolista profesional que hoy milita en O’Higgins de Rancagua, la respuesta es clara: “Fue insólita la reacción del público (en la expulsión de Baeza), porque yo considero que está bien expulsado. Es muy irresponsable el jugador porque perjudica al equipo y la hinchada porque avala lo que pasa en la cancha y la falta”.
Por otro lado Erick Zavala, hincha del Club Social y Deportivo Colo-Colo, comenta que en el último tiempo en el fútbol se ha inculcado una reacción bien particular que responde de alguna manera al hincha incondicional. “Cualquier muestra de desaprobación se vuelve una señal obvia de que eres chaquetero. Para mí, esa es la razón de los aplausos cuando la expulsión es evidentemente merecida: quedar bien frente a los otros hinchas, sentirse en paz consigo mismo”.
Resulta curioso – y aquí quienes han ido a la tribuna Océano van a entender más- que la mayoría de los hinchas que acuden a este sector se dediquen el 90% del partido a criticar cada cosa que hacen o no hacen los jugadores y el DT de turno, pero a la hora de desaprobar una conducta violenta o anti-deportiva, las arremeten contra el árbitro o simplemente no dicen nada.
“La reacción de la hinchada tiene un lado bueno y un lado malo, el bueno es que en ese minuto te das cuenta y uno destaca el apoyo en las situaciones más difíciles, y eso es super importante”, comenta Braulio Leal, haciendo alusión al momento en que alguien recibe cartulina roja.
Convengamos finalmente, que para poder emitir un juicio al respecto debemos estar de acuerdo en algunas cosas. Hay situaciones en las que se podría entender la ovación del publico, aún cuando el jugador haya cometido una falta violenta, como pasó con Marcelo Diaz en la final de la Copa América, ya que detuvo una jugada clara de gol del equipo contrario. También se entienden los aplausos, cuando es evidente que la amonestación está mal cobrada. En este sentido, podrán tener mas claridad aquellos que tienen acceso inmediato a las imágenes televisivas, donde siempre queda mas claro qué fue lo que realmente pasó. El debate finalmente se genera en aquellos momentos donde el jugador expulsado tuvo una reacción/jugada violenta frente a un compañero de profesión en un contexto totalmente fuera de peligro de gol.
Ciertamente, no existe un manual de hincha ni nadie que nos diga cómo debemos comportarnos en determinados casos. El jugador recibe un castigo por parte de la ANFP, en algunos casos también es sancionado por el club, e incluso por el DT que esté de turno. ¿Es necesario también que reciba el repudio como castigo de la hinchada? ¿Aplaudimos ante una tarjeta roja, solo porque el jugador es de los nuestros?.