GARY MEDEL: «De otro planeta»

Roberto Quintana Ramírez

Por Erick Zavala

Hay personas que en la vida están hechos para ciertas cosas, incluso tienen  la “pinta”, la forma de ser o la personalidad para determinadas tareas. Quien no ha escuchado: “si, si tienes pinta de doctor” o “compadre, dale, estas hecho para ser periodista”. Bueno, en ese contexto hay alguien que no tiene pinta de haber salido del equipo que salió, que no tiene la personalidad siquiera de ser chileno, si, a ese extremo. Porque históricamente el chileno no está acostumbrado a ser luchador, a ir de frente contra los más grandes y fuertes, a dejar todo por lo que ama. Hay alguien que viene de otro planeta, de uno de guerreros y luchadores incansables: Sir Gary Medel.

Es que dentro de una generación extraordinaria como las de Canadá 2009, de la cual muchos jugadores se perdieron, otros aun parecen no haber madurado del todo y otros brillan con luz propia en sus equipos, hay uno que parecía perderse víctima de su temperamento. Pero Gary no se iba a rendir, paso un accidente de tránsito que pudo costarle la vida, se comió las críticas por sus constantes expulsiones, sobre todo la que costó la derrota contra Colombia en el Monumental y que termino por gatillar la salida de Bichi Borghi de la selección. Ese fue el punto de inflexión, desde ahí Gary solo se dedicó a ser un crack de los pocos que he tenido la suerte de ver.

Siempre brillante en la selección, no se achico con alemanes, ni argentinos, ni brasileños. No le dio miedo jugar el partido de octavos del mundial con una pierna colgando, y aun así jugar un partidazo. No le dio vergüenza llorar una de las derrotas más dolorosas que pueda recordar con la selección chilena.

En resumen un perro, un jugador de otro mundo. Solo puedo decir Gary, como me hubiera gustado que fueras de Colo-Colo.