IDOLOS QUE YO VI | Marcelo Pablo Barticciotto

Roberto Quintana Ramírez

2015-04-29-02-41-46
Por Guillermo Castro.

Dicen que hay palabras que evocan sentimientos, que hay términos que nos trasladan en el tiempo, y que son incluso capaces de traernos a la memoria olores y sabores. Para los colocolinos hay una palabra, en rigor un nombre, capaz de todo eso. El solo escuchar el nombre de Marcelo Pablo Barticcioto, el popular Barti, es capaz de trasladarnos a momentos en nuestra memoria. Todos los fanáticos del popular recuerdan donde estaban cuando el rubio delantero, venido del Huracán argentino de la segunda división, marcó el primer gol del partido que significó la inauguración definitiva del monumental. El “7” de los albos marcaba el primer gol ante Peñarol y desataba la fiesta en la casa alba, que lleva hasta hoy el nombre del mítico capitán David Arellano. La fecha 22 de mayo de 1991 seguramente no les diga nada, pero seguramente sabrá exactamente donde estaba, con quien estaba, e incluso con quien fue el primero con el que se abrazó esa mágica noche, cuando el “Barti” puso el segundo gol ante Boca Juniors, en la semifinal de esa mágica copa Libertadores.

Seguramente una sonrisa se le dibujará en el rostro cuando recuerde el sentimiento que le evoca el recordar el gol más triste que se ha hecho en una cancha Chilena, cuando Marcelo Pablo vuelve a chile a vestir la camiseta de la UC, después de un paso por el América de México. Corría el mes de abril del campeonato de 1995, y el “Barti” salta al césped del Nacional para enfrentar a Colo Colo, vistiendo la camiseta de la Franja. El destino quiso que a los cinco minutos del segundo tiempo, el rubio delantero encontrara una pelota en el área grande y le cambiara el palo al arquero Luis Barbat (de triste paso por Macul), la cara de tristeza fue del porte del coliseo ñuñoino, tiempo después cerraría su ciclo en Catolica, habiendo jugado solamente 9 partidos, y declarando «No quiero herir con mi tristeza a la gente de Católica ni con mi alegría a la gente de Colo Colo». Esa noche fue derrota para el Cacique, pero no una derrota cualquiera, fue una caída que reafirmó a perpetuidad el romance entre el argentino y la hinchada del popular.

El campeonato del ‘96 marca el retorno de Barticcioto a Pedreros, logrando 4 títulos nacionales y una semifinal de Libertadores en el ’97. Pero seguramente todos recuerdan lo que comentaron cuando vieron, el 13 de marzo de 1999, el golazo de mitad de cancha en el cobre de Salvador, uno de los goles más lindos que convirtió vistiendo la camiseta del Popular.

El romance entre la hinchada y el rubio de Avellaneda quedaría plasmado el 12 de enero del 2003, cuando más de 50 mil hinchas albos repletaron el Monumental para acompañar a Barticcioto en su despedida de las canchas. La cara desencajada, con la mirada perdida hacia las tribunas y los ojos empapados en llanto fue la postal de su adiós al futbol y la última vez que vistió la camiseta “7” y defendió el escudo del Cacique, escudo con el cual ganó 7 títulos nacionales, 3 copas Chile, una Copa Libertadores, una Recopa y una Interamericana. Escudo que seguramente Marcelo Pablo llevará tatuado a fuego en su piel, por el resto de la vida, porque el amor por el Cacique, para “El Barti”, es incombustible.

Marcelo Pablo Bartticcioto Cicaré, un ídolo que yo Ví.