Mirko Jozic, el artífice de la Libertadores

El Croata que revolucionó el futbol chileno desde la banca del Cacique.

Corría la primavera del año 1987, y Chile estaba a pocos días de iniciar el Mundial Juvenil FIFA de ese año, que se jugaba en nuestro país, y por los estudios de la antigua RTU, devenida con los años en Chilevisión, aparecía por primera vez un rostro que en tan solo 4 años iba a ser uno de los más reconocidos en el futbol chileno. Mirko Jozic, llegaba a Chile comandando una joven escuadra de Yugoslavia, que incluía en sus filas a jugadores como Robert Prosinecki, Davor Zuker, y Pedrag Mijatovic. Durante la charla, en el programa deportivo al que fue invitado, dejó conceptos revolucionarios para nuestro país, como la línea de 3 defensores, que para él era la mejor forma de defender. A la larga su equipo se proclamaría campeón de ese campeonato y costaba muchísimo hacerle goles. Contra todos los pronósticos, fue un campeón notable.

Tres años después aparecía por Pudahuel de la mano de su señora y su hija, para hacerse cargo del primer equipo del Cacique. Su primeras palabras fueron toda una declaración de intenciones, “Mis objetivos son muy simples: sacar a Colo Colo campeón y llevarlo al título de la Copa Libertadores”.

Desde el primer entrenamiento se notó que lo del croata iba a ser una revolución en el fútbol chileno. Entrenamientos extenuantes, estricta disciplina y profesionalizo la relación técnico-jugador. Primera temporada del gringo en el cacique, la segunda estrella consecutiva, y la frase que se hacía popular entre los cracks albos, “puta el gringo jodio”.

Su revolución tocó el cielo con las manos el 05 de junio del 1991, cuando ese equipo se coronaba campeón de la copa libertadores, con grandes jugadores, pero por sobre todo con un sistema de juego y de entrenamientos intransable, que permitío que jugadores muy jóvenes fueran puntales del equipo (Ramirez, Margas, Peralta, Soto), incluso cuando faltaban algún “grande” (Drabrowski, Yañez, Barticcioto) el equipo prácticamente no lo notaba.

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Muchos jugadores del Popular recuerdan al gringo a través de las múltiples anécdotas que dejó por su paso en Macúl, cómo cuando el plantel tuvo que empujar el auto de Morón antes de la final. O cuando Mirko Jozic tenía claro que debía relajar a sus jugadores, antes de la semifinal de vuelta ante Boca Juniors. Al bajar hasta el subterráneo del Hotel Sheraton, donde el croata dio la charla previa al partido, apagó las luces, esperó unos segundos y a viva voz le dijo a sus jugadores «Colo Colo es grande, pero si ganamos haremos una historia más grande». El nerviosismo desapareció y el Popular hizo uno de los mejores partidos que se recuerden en la cancha del David Arellano.

La guerra que provocó la desintegración y posterior desaparición de Yugoslavia lo llevaron de vuelta, y esta vez definitivamente, a su país. Lo hizo en forma silenciosa, sin que causara mucha pena, sin dar mucho aviso, como queriendo pasar desapercibido.

Ahí están los logros, ahí están los trofeos (primer tricampeonato del club, La Libertadores, La Recopa, La Interamericana) Mirko simplemente se ganó, y con creces, el derecho de entrar en la historia de Colo Colo, como uno de los más grande personajes que han dejado huella en el club más grande y popular de Chile.

Gracias por todo Croata, Mirko Jozic, un ídolo que yo ví.