Por Patricio Vásquez
Hace una semana se produjo un quiebre en los altos mandos de Colo Colo. Don Arturo Salah presentó su renuncia a la presidencia de Blanco y Negro, luego de dos años en el mando con buenas y malas. Un hombre de fútbol deja el puesto, que logró formar un equipo detrás de un entrenador que logró ubicar a Colo Colo en el sitial en el que históricamente ha pertenecido.
Con esto todos los caminos conducen a un solo hombre. Puertomontino, de origen sirio, que ha declarado con el corazón sin usar la cabeza (proletariado y demases), que ha logrado ganarse el corazón de los jugadores del equipo a base de premios y bonos, pagados de su propio bolsillo. Anibal Mosa, ese es el hombre, el hombre que será el presidente de Blanco y Negro.
Es un cambio potente el que vivirá la concesionaria que maneja los destinos del conjunto albo. Todos saben que el ubicar a Salah en el puesto de presidente de Blanco y Negro fue por una necesidad, una necesidad de ver a alguien del fútbol, que conozca la actividad a la cabeza del club. En fin, alguien que le explique a los empresarios que invierten que el fútbol no es igual a todas las empresas en las que ellos tienen invertido dinero. A gente como Mosa.
Valdivia, Barrios, Orellana… son algunos de los rimbombantes nombres que suenan para el próximo año. En un modelo de gestión que de la mano de Mosa se enfocará en potenciar el primer equipo, dejando de lado el semillero, para sacar la billetera en esas contrataciones escandalosas, que roban las portadas de los diarios y marcan pauta.
2011, año en que Hernán Levy intentó esa fórmula con nefastos resultados. Nombres como Olivi, Rieloff, Gutierrez o Muñoz. Cero campeonatos, cero fondo futbolístico, cero espectáculo, cero en todo sentido. Una lástima, porque eran buenos nombres. De los formados en casa nada. Así fue como Rabello o Diego Rubio pasaron prácticamente desapercibido en ese equipo para luego partir jugando apenas unos partidos como titular en el primer equipo.
El ahora ex presidente de Blanco y Negro tenía la idea que se mejorará el trabajo en todas las divisiones inferiores, dejando en claro el trabajo a largo plazo que planeaba para darle frutos al primer equipo. Siempre es necesario. Mosa en cambio buscará en el primer equipo el principal foco de atención de la concesionaria, bajando el presupuesto en las divisiones inferiores.
Ahora solo el tiempo dirá si este cambio, esta vuelta en la forma de administrar el club dará buenos resultados o no. Solo queda recordar algo. Jugadores como Fernández, Bravo o Vidal no fueron grandes contrataciones…
Un Comentario
Muy buena columna. Grandes datos y recuerdos, sin ser latero.