Nuestro poder

Colo Colo es tan grande que todos lo quieren. Todos quieren un tajada de lo que es Colo Colo, lo quieren usar para llenarse los bolsillos, para llegar al poder, para caerle mejor a la gente. Siempre será así, porque no hay nada que represente lo que representa el Indio para Chile.

Por Patricio Vásquez

Todos han querido gozar con el Indio: presidentes de todas las ideologías, grupos económicos y hasta los mismos jefes de barrabrava. Nadie puede estar ajeno a lo que significa Colo-Colo para lo sociedad chilena. Es lo más grande y el país lo sabe, todos los saben, y el que no quiere ver esa realidad es un iluso.

El poder siempre ha estado relacionado con Colo Colo, desde siempre. Es un objeto del deseo. Todos los presidentes de Chile han querido vincularse con Colo Colo, porque no hay nada más popular, no hay nada más grande, no hay nada que se le acerque a lo que representa el Indio para la sociedad chilena. No hay partido político, no hay religión, no hay grupo empresarial, no hay universidad, no hay nada, ni siquiera la selección chilena tiene un poder tan importante como el que tiene Colo-Colo.

Bachelet el 2006 no pudo dejar pasar la oportunidad de ser parte de la historia de Colo Colo cuando fue a ver la final de la Copa Sudamericana el Estadio Nacional contra Pachuca. Sebastián Piñera, ese empresario que toda la vida se declaró hincha de Universidad Católica, se hizo el mayor accionista de Blanco y Negro para poder tener el cariño de la parcialidad de Colo Colo, esa que representa la mitad más uno de este país. Es lejos el cariño más importante que tiene Chile. Pinochet, ya desesperado por mantenerse en el poder, prometió terminar el Monumental con tal de hacer lo mismo que hizo Piñera 20 años más tarde. Aylwin, el primer Presidente tras la dictadura, que no sabía nada de fútbol, se hizo parte del equipo que ganó la Copa Libertadores saludando al plantel. No podía mantenerse al margen.

Colo Colo es tan grande que todos lo quieren. Todos quieren un tajada de lo que es Colo Colo, lo quieren usar para llenarse los bolsillos, para llegar al poder, para caerle mejor a la gente. Siempre será así, porque no hay nada que represente lo que representa el indio para Chile.

Incluso la Universidad de Chile, con todo lo que significa para Colo Colo esa institución, es algo demasiado importante para nuestra ciudadanía, por lo mismo. Al igual que a nuestro equipo, sufrió todo tipo de manipulaciones durante la dictadura, porque tenía que ser así, porque tenía que seguir existiendo por y para la gente.

Que los Cruzados representen el sector más pequeño de la sociedad chilena, esa que históricamente sea la más pudiente y acaudalada de nuestro país, y que esté relacionada con una de las instituciones más fraudulentas y malignas de la humanidad, como lo es la Iglesia Católica, va de la mano directamente con que el poder nunca quiso nada de la franja. Nunca tuvo la importancia.

No es nuestro problema que no sean suficientemente grandes, que no representen lo que Colo Colo y, en menor medida la U, que no despierten la pasión ni el cariño en la cantidad que despiertan esos equipos. Y es por eso que no pueden manipular la historia y contarla con sus colores, con su franja pegada en el pecho, porque es algo que no les simboliza. No sean ordinarios de tomar algo que no es de ustedes.

El Cacique es un objeto del deseo, porque no puedes mantenerte al margen de algo tan grande, tan glorioso como lo es Colo-Colo. Es una falta de respeto y profesionalismo jugar y manosear la historia del Indio, que durante más de 80 años de vida ha sido pilar de la sociedad chilena.  Sean profesionales del periodismo, no de su camiseta.

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