Mención especial para los cuatro pilares del título que obtuvo Colo-Colo el pasado campeonato, que dicho sea de paso, aún no culmina. Se trata de Jaime Valdés. Esteban Paredes, Justo Villar y Julio Barroso. Si quiere agregar uno más es válido.
Vamos por partes. Empecemos por el goleador Paredes. Pieza clave dentro del esquema 4-3-3 que siempre intentó plantear José Luis Sierra, sobre todo porque es un tanque dentro del área. El “7” de los “Albos” arrastró marcas y fue un peso pesado dentro del perímetro contrario. Marcó diferencias, como ha sido la tónica este último tiempo, ante la U. Pese a que en este semestre no hizo todos los goles que hubiésemos querido, alcanzó para que fuéramos campeones. La mancha la puso su vinculación con la compra de televisores robados.
Julio Barroso , desde que arribó a la defensa de Macul, otrora criticada, mejoró sustancialmente. Aportó seguridad, cierre y coberturas precisas. Un jugador muy valioso dentro del equipo que eliminó las deficiencias en la última zaga. No existen palabras que puedan describir lo importante que es el “Almirante” dentro del Campeón. Sobrio, seguro, rico en técnica, regular y rendidor. No le puedes contar un error a este gran jugador pues cuando sufrió algún impasse había un compañero que lo suplía. Logró potenciar a sus compañeros y esto lo hace un jugador completo.
Jaime Valdés fue el mejor jugador de todos según capitanes y directores técnicos del fútbol nacional. El premio incluía el mejor gol del campeonato que le marcó a la Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo. El “Pájaro” es un tremendo mediocampista que abre los espacios, da salida al equipo y a veces juega de creador. Un todoterreno dentro de la cancha, desniveló cuando había que hacerlo en partidos difíciles cuando el equipo titubeada hasta para dar un pase. Sin duda alguna el segundo mejor del equipo. El primero viene a continuación…
Justo Villar según mi visión es el mejor jugador del campeonato. A nadie le gustó que se lesionara Paulo Garcés contra Deportes Iquique pero hay que reconocer que de ahí en adelante el portero paraguayo fue sobresaliente y portentoso en cada presentación que tuvo. A su edad ataja más que Manuel Neuer y aún le queda paño que cortar. Es un líder dentro del campo y además colabora con experiencia, madurez, oficio, profesionalismo y caballerosidad. Fue tan determinante que si no fuera por sus innumerables contorsiones para impedir goles, no seríamos los campeones. Fundamental en la columna vertebral, su persona quedo dentro de los corazones de los hinchas. Justo se ganó el respeto de todos los equipos. Ojalá le quedé harto tiempo en el “Popular” y que ningún equipo se lo quiera llevar.
Durante el campeonato más de una vez mencioné que estos jugadores nos llevarían al título y que en ellos había que confiar. No hay que desmerecer al resto, pero estas joyas nos llevaron al cielo a bajar otra estrella. Se agradece porque sienten la camiseta y por eso se merecen el podio.
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