Autor | Relator Popular Follow @RelatorPopular
Ganó Colo-Colo su primer partido oficial del año. No hizo 8 goles, lo hizo sin deslumbrar, costó un poco, pero se ganó. Se hizo un mejor segundo tiempo y se desequilibró en momentos precisos. El primero, buen quite de Pavez, contragolpe rápido, centro de Fierro y BoSEDyur finiquita como si fuera un puntero izquierdo con llegada. El segundo, un tiro libre con ayuda que hizo que el Uccellino cumpliera su promesa de hacer un gol en medio de la polémica por su posible salida. Y cuando los amigos del acero se olvidaron que estaban en Colo-Colo y pensaron que seguían en el CAP, hicieron una pared y Andrés Vilches puso el tercero. Bien. En el papel, bien. Mejor, por lo menos.
El problema, otra vez estuvo fuera de la cancha. Estadio Seguro lo hizo de nuevo. Redujo el aforo a la mínima expresión y la gente reaccionó sumada al miedo. No llegó casi nadie. 1.400 personas viendo a Colo-Colo en Santiago un fin de semana de enero: una vergüenza. Dirigentes de Audax reconocieron que era mejor jugar sin público. Más eficiente, más barato, menos problemas. El Bicentenario de La Florida parecía un desierto florido, pero no por lo lindo, por lo desierto.
¿Qué sigue? ¿Qué se hace para mejorar? Difícil respuesta. El remedio se ve cada vez más lejano y complejo. Mientras tanto, todo hace pensar que las soluciones parche van encaminadas a jugar cada vez con menos público, olvidándose del espectáculo, denigrando a las personas que aun se atreven a ir al estadio y poniendo todas las fichas en el CDF. Si la gente ve los partidos en su casa, sentadito con una cerveza, es muy probable que no haya más violencia en los estadios. Huevona solución.
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