Se le puede ganar a Argentina

No podíamos ser tan ilusos de pensar en que queríamos ser campeones de América sin ganarle a Argentina o Brasil.

Por Patricio Vásquez

Dejemos de lado por un momento la historia, esa que todos conocemos. Centrémonos en los 22 que darán vida a la final este sábado. A los 11 chilenos y 11 argentinos que comenzarán, esperemos sea, uno de los partidos más importantes de sus carreras. Pongamos énfasis en que el fútbol siempre fue y será uno de tantos deportes, donde en igualdad de condiciones, habrá un ganador y un perdedor.

La final será con Argentina y punto. La albiceleste que venció por 6-1 a Paraguay en la semifinal en Concepción. Nuestros vecinos con 14 Copas América y dos mundiales adultos. El equipo al que en 100 años de historia solo hemos vencido en un duelo oficial. Para algunos el encuentro ya está perdido, sin jugarlo está perdido. No voy a descubrir la pólvora al decir que ellos son favoritos y nosotros no, sería tremendamente iluso pensar de otra forma, pero sigue siendo solo un equipo de fútbol, al igual que la selección chilena.

Los dirigidos por Martino son un tremendo equipo, con muchas virtudes, pero con muchos defectos también. ¿Invencibles? Bajo ningún punto de vista. ¿Ganables? Totalmente.

Empecemos por su portero Sergio Romero. «Chiquito», como le dicen, tuvo su minuto de gloria en el mundial pasado cuando en la definición a penales de la semifinal contra Holanda logró contener los disparos de Vlaar y Sneijder, pero eso de nada sirvió para solo jugar 10 partidos en la última temporada en la Sampdoria. Nada del otro mundo, un arquero de la media que ha jugado adelantado todo el campeonato ya que ningún equipo ha atacado de sobremanera a Argentina. Demás está decir que no ataja ni en el Barcelona ni logró el premio Zamora de la última liga española.

La línea defensa es tal vez el punto débil (¿ven algún perecido?) del equipo, que está compuesta por Zabaleta, Demichelis, Otamendi y Rojo. Nada del otro mundo nuevamente. Zabaleta, el lateral derecho, es aplicado en su banda subiendo y bajando constantemente. No es el talentoso lateral derecho que han intentado vender ni mucho más, solo uno correcto. Demichelis con Otamendi en la defensa no son garantía de nada. El primero apenas hace pie en el Manchester City con Pellegrini, donde su lentitud y poca movilidad son sus grandes defectos. De Otamendi aún tengo en el recuerdo ese baile que se comió en Sudáfrica en los cuartos de final contra Alemania. Otro central fuerte, con mucho físico, altura, pero nada más. Por último Marcos Rojo, el lateral que se resguarda un poco más, bien discreto para estar jugando en el Manchester United. Las cosas del fútbol.

Un Alexis Sánchez bien encendido, encarador, ese que juega en el Arsenal, con un Eduardo Vargas con instinto asesino, goleador, ese que vemos cada vez que se pone la roja, ese que jugaba en la U el 2011, más un Jorge Valdivia en una buena jornada, siendo realmente un mago, no deberían tener problemas con esta última línea.

En el medio campo es donde se junta tal vez lo mejor de Argentina en la Copa. Mascherano, Dí Maria, Messi, Pastore, más Biglia como el menos rimbombante, pero no por eso menos guerrero en la cancha. Mascherano, «El Jefecito», es el verdadero líder y capitán del equipo. Un poder de liderazgo que demuestra con entradas justas y dominio total del medio campo. Dí Maria por la izquierda es determinante, tal vez uno de los mejores del mundo, que mucha falta hizo en la final contra Alemania de Brasil 2014. Rápido, encarador y con muy buena definición. Messi es Messi y no lo vamos a descubrir ahora. Mucho más retrasado en esta Copa de lo que normalmente se le ve en el Barcelona fue la figura del encuentro ante Paraguay. La claves será en bajarlo, literalmente, en la mitad de cancha, no dejarlo arrancar porque si se va, se va a ir para siempre. Aránguiz debe hacer el partido de su vida. Por último Pastore, tal vez el que mejor ha jugado hasta ahora en Argentina. Se ha entendido de buena forma con el 10 albiceleste, llevando esto a su máxima expresión ante Paraguay.

En la delantera, como nueve nominal se encuentra Agüero. Rápido, con mucho poder de fuego e inteligente dentro del área con un muy buen sentido de la ubicación.

Díaz, Vidal, Aránguiz, Medel, Rojas (o Silva), Isla, Mena (o Beausejour) deberán hacer el partido perfecto, algo así como lo obrado hace un año frente a España. Se debe tener un concepto de equipo clarísimo, donde se hay que dejar en claro en que siguen siendo 11 contra 11 en la cancha del Estadio Nacional. Concentrados, maduros y grandes. La Copa sigue estando ahí, tal vez más cerca de lo que nunca ha estado. No podíamos ser tan ilusos de pensar en que queríamos ser campeones de América sin ganarle a Argentina o Brasil.

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