EXPERIENCIA MONUMENTAL | El día en que se hizo realidad «El Sueño de la Casa Propia»

Ser hincha de Colo Colo significa tener miles de historias para contar. Historias de Títulos, cuentos que hablan de triunfos épicos. Grandes equipos que se transformaron en leyendas y que pudieron incluso retrasar los planes golpistas en un convulsionado país.

Sin embargo, una de las historias que se escriben con letras doradas es la que comenzó a contarse por los lejanos años 50 y que terminó una mágica tarde noche de septiembre del 89. Aquel día se cumplía el sueño anhelado por Labán y terminado por Dragicevic, por fin el equipo más grande y popular del país inauguraba su casa propia, el Estadio Monumental en la comuna de Macul.

Una tarde primaveral acogía a las más de 65 mil personas que llegaron al reducto para ver a Colo Colo jugar por fin en la que sería su casa definitiva. Por el ingreso al sector Océano un padre hacia ingreso de la mano de dos niños. Aferrados fuertemente a la mano de su progenitor, ambos niños miraban y trataban de entender el fervor que percibían en el ambiente. La vista imponente de la cancha, nada mas entrar a tomar ubicaciones, sin duda es una de las imágenes que ambos pequeños atesoran en su fuero más interno.

Camisetas Blancas por todos lados, gente emocionada al escuchar el famoso «Cantemos todos de Arica a Magallanes»  y los equipos a la cancha. El Popular enfrentaba al campeón uruguayo Peñarol. El CHI CHI CHI LE LE LE  Colo Colo de Chile sonaba más altivo y estridente que de costumbre. El Monumental era una realidad al fin. Las galerías pegadas a la cancha provocan un efecto innegable sobre los visitantes, los que nada más poner un pie sobre el pasto sienten lo que es visitar la casa del Eterno Campeón.

El primer marcador de goles utilizado en el Monumental. Foto: Internet

El primer grito de gol en el estadio, llegó de la mano de un joven Marcelo Barticcioto, quien tantas alegría entregaría a todos los colocolinos en esa misma cancha, transformándose en una leyenda viviente del Popular. El resultado final era una anécdota, fue un 2-1 final a favor de los blancos, sin embargo la fiesta estaba en otra parte. En los corazones de miles de colocolinos que vibraban en «el David Arellano» y en los millones de fanáticos albos a lo largo del país.

Dos años después se inaugurarían las torres de iluminación del recinto, lo que permitiría albergar partidos nocturnos para la edición de ese año de la Copa Libertadores. Es precisamente ese trofeo el más importante que haya conseguido equipo alguno en Chile. La vuelta se dio un mítico 5 de junio del 91, precisamente en el fortín de Macul, donde equipos como Boca Juniors sintieron la presión de enfrentarse a Colo Colo en un Monumental repleto.

¿Los niños? abandonaron la cancha aferrados a la mano de su padre, quien les transmitió la pasión por la camiseta blanca, pero con la alegría de haber sido testigos de un hito en la historia del equipo más grande del país. Han pasado 26 años desde aquella fecha. Los pequeños hoy son hombres, uno incluso intenta ser un columnista, donde trata de compartir las historias de toda una vida siguiendo la pasión que significa ser hincha de Colo Colo, y que como aquel que lo llevo de la mano al primer partido en el Monumental, intenta heredar la pasión a sus hijos, con el solo hecho de hacer más grande al equipo del indio en el pecho.

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