En esta última etapa del torneo han arreciado las críticas a José Luis Sierra en la banca de Colo Colo. Reproches tan diversos como que no grita, que es ‘ratón’, que no planifica, que no trabaja, que no saca a ciertos jugadores (a Vecchio específicamente), en fin, que no sirve para Colo Colo aun si es campeón. Incluso algunos han llegado a pedir el retorno de Héctor Tapia. Pues bien, acordemos discordar.
Primero, eso de que no grita o que es pecho frio es sencillamente una tontera. Américo Rubén Gallego, por ejemplo, se desarmaba gritando en la banca alba y no le servía de nada. Sierra es calmado y eso es, precisamente, lo que necesita un jugador de su técnico. Un estratego que grita desesperado al borde del campo transmite desesperación y es clara muestra, además, de que no trabaja bien en la semana, si intenta arreglar a los gritos en medio del partido lo que no supo ordenar en los entrenamientos. De hecho muchos futbolistas han declarado que dentro de la cancha no se escucha casi nada. Pero la creencia popular es que el técnico tiene que gritar porque eso demuestra su actitud y compromiso. Un despropósito en toda su expresión.
En cuanto a eso de que no trabaja ni planifica, difícilmente se encontrara a alguien no reconozca la dedicación del ‘Coto’. Aplicado como pocos, normalmente obtiene resultados, demostrándolo en Colo Colo al que tiene puntero a pesar de todas las contingencias ocurridas en el transcurso del torneo. Ahora todos parecen olvidar que el Colo Colo ganador de las primeras siete fechas también era dirigido por Sierra. Ahí la idea de futbol de Sierra tuvo su mejor expresión, la de un equipo sólido, avezado, con oficio, que ingresaba al campo sabiendo que ganaba sin importar lo que propusiera el rival. ¿Por qué cambio tanto desde la fecha 7 hasta ahora? Simple, este plantel se compone de un equipo titular en el cual cada pieza es casi irremplazable, más que nada porque en la mayoría de los puestos las alternativas tienen mucha diferencia de nivel con los estelares (agradezcan a Héctor Tapia por eso). El arco es el único puesto que tiene relevo de nivel parejo. Paulo Garces se lesionó en la fecha 4 y Villar estuvo fuera en las fechas 6 y 7 (reemplazándolo Salazar) y el equipo no lo resintió. En cambio, las diferencias entre Fierro y Camilo Rodríguez; entre Pavez y Baeza; entre Valdes y Martin Rodriguez; entre Barroso y Diaz; entre Paredes y Vilches, por nombrar algunos, son sencillamente abismales. Y cuando los titulares, por distintos motivos, faltaron el nivel del equipo comenzó a decaer. La fecha 8 fue un verdadero punto de inflexión, un antes y un después entre el nivel demoledor del inicio y el actual rendimiento. La expulsión de Esteban Pavez y la posterior suspensión de 6 fechas nos dejó sin el barómetro en el medio, sin una buena transición entre defensa y ataque, sin el pilar base. El trabajo silencioso de Pavez era fundamental en la estrategia de Colo Colo. Y a eso debemos agregar que en ese mismo partido se perdió el invicto (con goles de último minuto en cada tiempo) frente a Universidad Católica, quien es actualmente el rival directo al título. Los críticos de José Luis dirán que tuvo tiempo para arreglar el naipe. No fue así. Como si no bastase con lo acontecido en la fecha 8, a la fecha siguiente se vuelve a caer, esta vez de local ante San Marcos de Arica, es expulsado Gonzalo Fierro y tras sustituir a Humberto Suazo este, absorto en su estatus de crack, insulta al cuerpo técnico. Tras ello, vino la marginación de ‘Chupete’, jugador que hasta ahí había sido fijo en la oncena titular. Y otra vez a reconstruir el equipo, ya con 3 menos. La decisión de Sierra en el caso de Suazo fue, sin duda, una muestra de manejo. Una medida distinta habría perjudicado su autoridad para con los referentes en el camarín lo que, a la larga, hubiese complicado su estadía en la banca alba.
Tras esas fechas se lograron tres trabajados triunfos que pusieron a Colo Colo de nuevo como el principal candidato al título. Uno de ellos fue en el ‘Superclásico’ (cosa que al parecer los hinchas también olvidaron) en donde fue expulsado Jaime Valdés, Roja que repetiría a la fecha siguiente Cristian Gutiérrez. Son justamente estas circunstancias las que demuestran el trabajo de Sierra. Cualquier otro equipo con menos adversidades que las que tuvo Colo Colo este semestre estaría hace rato fuera de la pelea por el título, y sin embargo el cacique aun es puntero. Un técnico que no planifica ni trabaja no hubiese conseguido seguir en disputa cuando cada semana tuvo que armar el equipo de nuevo, no hubiese obtenido triunfos importantes aun jugando mal, no hubiese logrado sacar adelante al equipo aun cuando le faltaban los intérpretes para ejecutar su idea. Porque Baeza no tiene la capacidad para manejar el mediocampo que tiene Pavez; Martin Rodríguez o el peruano Gonzales no tienen el oficio de Jaime Valdes, que decir de cuando falta Barroso o Paredes. Y sin embargo, Colo Colo sigue ahí. Y eso de que no sabe jugar con 10, es porque se entrena para jugar con 11. De perogrullo pero parece que es necesario aclararlo.
La mayor crítica hacia el ‘Coto’ es la de mantener en la titularidad a Emiliano Vecchio. Pues esto tiene una razón lógica: evito arriesgar a sus jóvenes reemplazantes. En el papel hay tres jugadores que podrían ocupar ese puesto, el primero Martin Rodriguez (21 años), quien en su primer semestre en el club ha conseguido titularidad (andando regularmente bien) debido a la gran cantidad de relevos que el equipo ha requerido. Partió el torneo reemplazando a Beausejour, luego a Valdes y por ultimo a Suazo. Jugó en creación en Copa Chile y no se vio bien. Si el ‘Coto’ le daba desde principio de torneo la responsabilidad de ser el creador del equipo seguramente lo ‘quemaba’ al punto, incluso, de terminar anticipadamente su ciclo. Lo puso de ‘10’ ahora, en esta fecha decisiva y anduvo bien, pero ya con un semestre recorrido con el alba puesta. Ahí estuvo la diferencia. El segundo en la lista es uno que muchos piden, Bryan Carvallo (19), un joven que aún no está listo para ponerse la ‘10’ alba. Talento tiene y de llevarlo progresiva y adecuadamente en algún momento será el titiritero albo, pero darle hoy esa obligación sería un error que pudiese costarle la carrera. Y por último, Christofer Gonzales (23), otro que vive su primera temporada en el equipo. Ha mostrado chispazos de talento pero debe adquirir un mayor nivel antes de ser titular.
Se debe entender que la inversión que el club realiza en gente joven (incluyase también a Vilches (23) y Diaz (21)) es para que vayan gradualmente convirtiéndose en el recambio de las actuales figuras. Sierra, al mantener a Vecchio de titular, está protegiendo a estos muchachos no exponiéndolos innecesariamente, más si ninguno de los tres ha mostrado un nivel ostensiblemente mayor que el de Emiliano, que al ser un tipo con más recorrido y experiencia puede manejar las criticas (más si el equipo tiene buenos resultados) y, en último caso, ya está casi fuera del club. Su nivel ha sido exasperante, de acuerdo, pero la impaciencia que tiene el hincha con el argentino sería la misma que tendría con Gonzales, Carvallo o Martin.
Aquellos que piden el regreso de Héctor Tapia, supongo se acordaran que ‘Tito’ se fue sin que nadie lo echara (igual que cuando jugaba), peleado con todos incluso con su cuerpo técnico. Recordaran también que tenía a este equipo sin variantes, tema que soberbiamente desconocía, y que ahora trae consecuencias. Los que dicen que Tapia tenia visión de juego olvidan que en su último torneo se la pasó cambiando de esquema; a los que afirman que con Héctor se jugaba a ganar debiesen recordar que botó todas las Copa Chile que dirigió, haciendo caso omiso al principio de que Colo Colo debe pelear todo lo que juega, eso, además de tenernos un año entero sin ganar nada. Olvidan que bajo su mando se trajo a “aportes” como Claudio Maldonado (su compadre, lesionado crónico, que venía de 6 meses sin jugar y por el que insistió para que fuese contratado) y al resistido Luis Pedro Figueroa. No es la idea ir contra ‘Tito’, sino que midamos con la misma vara.
A los que tildan a Sierra de ‘ratón’ o de que el puesto ‘le quedo grande’, se olvidan que esto es Colo Colo o como Omar Labruna dijo alguna vez “Sportivo Ganar”. Acá da igual jugar lindo si no se gana (eso déjenselo a Católica), da lo mismo jugar aguerrido o al ataque si no hay victorias. Acá importa ganar. Lo sabía Platko, lo sabía Alamos, lo sabía Jozic, lo sabía Borghi. Y Sierra, que algo ganó con el indio en el pecho, también lo sabe y así ha cumplido. ¿Errores? Por supuesto que sí. Ha equivocado los cambios en algunos partidos, ha faltado reacción a la expulsiones, ha privilegiado el sistema por sobre los jugadores improvisando delanteros que no son (Martin Rodriguez por ejemplo), insiste en poner a Luis Pedro Figueroa (eso ni yo lo puedo defender). Pero nada puede soslayar el hecho de que se tiene la primera opción al título y de que se está en la final de Copa Chile. Es decir, se está peleando todo lo que se podía pelear.
Y para terminar un recordatorio, en especial a los hinchas que pedían respeto para los ídolos cuando sucedió lo de Suazo. ¿Ustedes sabían que José Luis Sierra fue jugador de Colo Colo por 5 temporadas y que fue campeón con el cacique 4 veces? ¿Que fue ídolo, figura y capitán en este equipo? Más allá de si gusta o no su labor como técnico, merece tanto o más respeto que cualquiera de los que hoy son considerados ídolos. Se lo ganó en la cancha, que es donde importa. ¿Quieren respeto del club hacia los ídolos en el futuro? Partamos ahora, comenzemos por respetar a los que tenemos en casa. Y José Luis Sierra es uno de ellos, aunque a muchos se les haya olvidado.
SAMUEL LORCA M.
sammael @xamwel