Un jugoso comentario a partir de los últimos partidos de la selección.
Nunca he sido muy amigo de Sampaoli. Quizás porque soy un borghiano de tomo y lomo. Lomo liso, vetado, cualquiera. Me encanta su estilo. Su equipo, su forma de dirigir, sus cambios, sus conferencias de prensa, sus viajes en auto a Buenos Aires. Mi sueño siempre fue tener un jefe así. No por pajero, si no porque en verdad creo que las cosas pueden funcionar bien de esa forma. Creo en los permisos y creo en la confianzas. Soy de otro estilo. Con menos videos, con menos locura, con un poco menos de planificación. Con más arte, con más talento, con más calle, con más humildad. Con ganas de ganar un partido siempre, aunque sea sacando al tercer defensa para meter un nuevo delantero. Con ganar de hacer un lujito, una pared, una rabona. Con ganas de reírse. Con ganar de jugar. No de competir, de jugar.
Esta selección, con todo el respeto que me merece el cuerpo técnico y todo el equipo multidisciplinario que trabaja en ella, me aburre un poquito. Reconozco todo lo excelente que han hecho y que seguramente su método es la única forma de poder mejorar. Reconozco que nos miran de otra forma y que ya no somos un rival fácil de vencer. Eso ya es mucho. No crean tampoco que comulgo con las selecciones del Pelao Acosta, el Guatón Santibáñez y otros por el estilo. Soy borghista. Nada más.
El partido contra Irán lo vi poco y mal. Estaba trabajando. Lo único que podría comentar es que si Borghi hubiera sido el técnico, me hubiera enfermado, hubiera puesto rojadirecta.es en el celular y me hubiese escondido en el baño, no sé, algo hubiera pasado. Y el domingo, contra Brasil, un partido que antes hubiera visto hasta quedar casi sin uñas, fue una soberana lata. Tocamos, tocamos y tocamos y nunca hicimos daño alguno. De aquí para allá, de allá para acá. Está bien, era Brasil con Neymar y sus amigos, nos ganaron por una jugada puntual, bla bla bla, todo lo que quieran, pero la verdad, es que me aburrí. Y no hablo de jugar bien o jugar mal. Hablo de meterse en el partido, de sentirse identificado, de ponerse nervioso, de estar ansioso.
Sampaoli, lo lograste. Lograste aburrirme con un partido de Chile vs Brasil.
Ahora, después que lean esto, bórrenlo de sus mentes, porque como buen hincha que soy, si Sampaoli logra que ganemos la Copa América, me olvidaré de Borghi, me cortaré el pelo al cero, me pondré unos pitillos, haré 300 abdominales todas noches y trataré de agarrarme una mina rubia.
@RelatorPopular
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