El chile fue más picante y la corona más helada.

Roberto Quintana Ramírez

El día de ayer jugábamos un complejo partido. No sólo teníamos un rival aplicado en frente, había de por medio un vuelo de muchas horas, y aun rondaba en la cabeza la entrega en bandeja del torneo a Cobresal.

Por Roberto Quintana.

Como se jugaba en México, no quise ser menos. Compré fajitas, guacamole, carne molida, queso cheddar y Cervezas, ¡hasta me dejé bigote!. La cerveza no era corona, no puede gustarme.

En fin. Estuve atento toda la tarde al twitter para ver la formación que elegía Tito. Se especulaba que entraría con Cáceres en el fondo, para formar una línea de 3 en defensa, y Luis Pedro Figueroa en medio terreno, casi como doble 5. Pensé de todo. No había por donde, más aún si jugaba con solo un delantero.

Llegó la hora. Palestino había hecho lo suyo en Santa Laura, no podíamos ser menos. El encuentro partió bien, a los 9 ya convertía Paredes tras gran centro del ‘negro’ Bose, pero me quedaba la sensación de que no se venían Buenos los próximos minutos. Dicho y hecho. Error de Barroso en la salida y Garcés, sin mas opción, comete penal que luego es convertido transformándose en el 1 a 1. Pasaba el partido y acá es donde Tapia me sorprende. Al colocar a Cáceres en el fondo, no perdimos una sola pelota por aire, le dio más autonomía a Vilches y Barroso. Por las bandas no sufrimos. Tapia vio bien el partido con los mexicanos en Santiago, reforzó las bandas y pobló el mediocampo. Con esto, los cuates no pasaron por los costados, no generaban fútbol por el medio, consecuencia: Colo Colo empezó a tener el dominio del encuentro, con 2 chances claras pérdidas por Paredes. Atlas demostraba ser un equipo pálido, bien malito en verdad, nadie corría, nadie presionaba, al menos no pegaban patadas y eran bien simpaticos. Acá su gran error: defender con 4 casi todo el partido, cuando el Cacique atacaba con uno, así jamás nos harían otro gol, dicho y hecho.

Terminó la primera etapa y me daba la sensación que merecíamos ir ganando, pero bueno, lo hermoso comenzaría a ocurrir en 15 minutos.

Cuando veo que Colo Colo salió al terreno y aun estaba Luis Pedro Figueroa, me asusté, me enojé y me senté intranquilo a ver el 2do tiempo. Las fajitas ya se habían acabado así que empecé a comerme la carne molida sola, salada a propósito para tomar más cerveza, ¿quien no lo ha hecho?

El segundo tiempo se dió muy parecido al primero hasta que ocurrió lo que varios queríamos. Salió LPF y entró Camilo. Acá casi nos vamos a la cresta. Rodriguez no pudo hacer mucho, se fue a la derecha, dejando un vacío en el medio, si, el ocupaba Luz Divina. Los mexicanos se crecieron y casi pusieron el 2 a 1 a su favor, pero Quetzalcóatl y San Garcés, estuvieron de nuestro lado.

Nota aparte lo que pasó a los 50 minutos. Atacaba Colo Colo, Vilar, el portero del local, recupera y sale jugando enviando el balón fuera. Acá Felipe Flores mostró esa viveza que lo hace único. Tomó rápidamente la pelota y se la cedió a Beausejour, ante la atónita mirada de los jugadores y del público. El 15 jugó para Valdés y el portero mexicano aún no regresaba al pórtico, de todas formas no pasó a mayores y el ataque se diluyó.

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El tiempo pasaba y nuevamente éramos superiores, ya era momento de liquidar el partido, los muchachos del atlas parecían tener en sus camisetas un mensaje que decía «ya pues, hagan un gol luego, ¿no ven que no somos mas que ustedes?». Así fue, pudimos convertir el 1 a 2 vía paredes y el 1 a 3 vía Cáceres.

Un triunfo justo y merecido que nos deja bien de cara a lo que viene. Ahora no sería malo que los colombianos nos dieran una manito y le ganen al Mineiro. ¿por qué? Así quedaríamos líderes junto a ellos con 9, dejando a los mexicanos y brasileros con 3 unidades. 6 puntos de diferencias con 6 por jugar.

Ojalá el pueblo albo esté tan feliz como yo. Ahora es momento de limpiar la cocina y de comerme el pino que quedó de las fajitas.