EL FUEGO DEL CAMPEÓN | A 24 horas de la Gloria

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La noche de 4 de junio de 1991 se llenó silenciosamente de potentes sentimientos para un plantel que logró la hazaña más grande que guarda la historia del fútbol chileno. A esta hora, hace ya 24 años, Colo-Colo se encontraba concentrado en un hotel en Santiago a la espera de la final de la Copa Libertadores de América. La ansiedad, el nerviosismo y la ilusión de darle a Chile un triunfo inédito seguramente llenaba las almas de ese equipo que hoy muchos recordamos con orgullo, cariño y admiración.

Cada uno en su cama, intentando dormir, ¿habrán sido capaces de vislumbrar lo que iba a suceder en 24 horas más? ¿Habrán podido darse el lujo de creer que con ese equipo todo era posible, incluso ganar la final y ser campeones? ¿Se habrán dado cuenta que estaban a solo unas horas de cambiar las vidas de tantos hinchas y, a la vez, sus vidas propias?

En un velador de una de esas piezas donde este plantel intentaba dormir, doblada, releída y emocionantemente honesta, estaba la carta que un jugador le escribió a sus compañeros de equipo. Leerla hoy emociona y nos acerca un poco a esos potentes sentimientos que empapaban las almas del plantel. Este jugador decía: “Hoy es el día para demostrarnos si nos queremos y demostrarles a todos los hombres que el grupo humano del que siempre hablamos no es verso y es bien de verdad”.

Morón, Margas, Ramírez, Vilches, Garrido, Pizarro, Peralta, Mendoza, Espinoza, Barticcioto y Pérez. La formación titular. A 24 horas de la Gloria.